Levadura prensada o levadura de panadería: viene en forma de pasta prensada en bloques, también llamada levadura fresca, se debe conservar en frío, tiene un periodo de caducidad relativamente corto. Para usarla hay que diluirla en agua antes de añadirla a la harina para hacer el pan.
Levadura seca o levadura de panadería seca: viene en sobres herméticos, es la misma que la anterior pero deshidratada y granulada (en polvo). Se puede añadir directamente a la harina para el pan, no es necesario diluir en agua. Es la que mejores resultados suele dar en casa, ya que su caducidad es larga y produce una subida muy uniforme de las masas. Se rehidrata con la harina, la sal, huevos, azúcar, etc….
Levadura química: la más conocida es la de la marca Royal. Es un emulsionante químico, basado en bicarbonato, cremor tártaro y fécula de maíz. Su acción es reaccionar durante la cocción en el horno, con el huevo y grasas de los bizcochos y galletas produciendo un gas que es el que hace que queden esponjosos.
Las levaduras naturales, tanto prensada como fresca, actúan antes del horneado, ya que mueren a los 50º. Por ello hay que fermentar la masa antes de meterla al horno. La levadura química, al contrario, actúa durante la cocción, por lo que no sirve para hacer pan. En realidad solo se usa para hacer galletas, plum-cakes y algunos tipos de bizcochos.