5 g de levadura de panadería liofilizada (15 g de levadura fresca)
2 cucharaditas de sal
Aceite de oliva para engrasar la sartén
Elaboración:
Preparamos el prefermento: ponemos en un bol 100 g de harina con 100 g de agua y toda la levadura. Mezclamos bien (no hace falta amasar), tapamos y dejamos que fermente.
Cuando haya esponjado y se aprecie que la masa tiene burbujas, mezclamos el resto de los ingredientes y comenzamos a amasar. Como es una masa relativamente seca podemos amasar a mano por el método tradicional o con amasadora si la tenemos. En cualquiera de los dos casos amasamos con reposos entre amasados, es decir, amasamos unos dos minutos y dejamos reposar 10-15 minutos. Repetimos esta secuencia tantas veces como sea necesario hasta que la masa esté fina y elástica.
Hacemos una bola, pintamos un bol de aceite y metemos la bola con la unión hacia arriba. Tapamos y dejamos que doble el volumen.
Cuando haya levado la masa la pasamos a la encimera y la aplastamos con las manos para desgasarla. La dividimos en cuatro porciones y hacemos una bola con cada una de ellas.
Estiramos las bolas con un rodillo en forma redonda u oval, hasta dejarlas del grosor de una masa de pizza. Si se resisten a estirarse las dejamos reposar un par de minutos y seguimos estirando.
Calentamos a fuego medio-alto una sartén pesada, mejor si es de hierro y fondo grueso, porque acumula más calor y lo transmite mejor (una plancha lisa también sirve). Cuando esté bien caliente ponemos la primera torta de masa. Cocemos la torta hasta que esté dorada y le damos la vuelta; la cocción por la segunda cara es más breve, nada más que para dorarla, pues el pan por dentro debe estar cocido. Sacamos la torta de pan cocida a un paño y la tapamos para mantenerla caliente. Si dejamos enfriar los panes dentro de un paño nos quedarán más blanditos que si los enfriamos al aire sobre rejilla.
Usamos el mismo procedimiento para hacer los demás panes. Los mantenemos guardados en un paño y los servimos el mismo día.