Ingredientes:
Para la tinga de pollo:
- Un pollo limpio
- Una cebolla troceada
- Una cabeza de ajos pequeña partida por la mitad
- Una hoja de laurel
- Una ramillete de orégano fresco
- Una zanahoria pequeña troceada
- Una rama de apio troceada
- Guindillas secas o chiles chipotle al gusto
- Una cebolla de 200 g partida a la mitad
- 450 g de tomates pera enteros
- 12 g de dientes de ajo pelados
- Caldo de pollo
- 1 diente de ajo picado finamente
- 170 g de cebolla en juliana
- 2 o 3 cucharadas de vinagre
- Sal y pimienta negra recién molida al gusto
- Aceite vegetal
Para los tacos y las guarniciones:
- 20 tortillas de maíz o de trigo
- 450 g de tomates pera sin semillas
- Una cucharadita de cilantro picado finamente
- Sal y pimienta negra molida la gusto
- Lechuga iceberg en juliana
- 2 aguacates en juliana
- 200 ml de crema fresca
- Una lima
Elaboración:
- Ponemos el pollo en una cazuela junto con la cebolla troceada, la hoja de laurel, el orégano, la zanahoria y el apio. Llenamos con agua y llevamos a ebullición. Cuando empiece a hervir bajamos a medio fuego y dejamos cocer hasta que el pollo esté hecho. No nos olvidemos de espumar cuando sea necesario.
- Retiramos el pollo del caldo y cuando lo podamos manipular con las manos lo desmenuzamos. Colamos el caldo de la cocción y reservamos todo en cuencos separados.
- Ponemos las guindillas o chiles chipotle en un cuenco y cubrimos con agua caliente para hidratarlos. Los dejamos en reposo durante 30 minutos aproximadamente. Los escurrimos bien, los abrimos con un cuchillo y retiramos todas las semillas -no nos olvidemos de hacer esto a menos que queramos parecer dragones con fuego en la boca después de la comida-.
- Para hacer la salsa ponemos la cebolla partida a la mitad en una cazuela mediana junto con los tomates enteros, las guindillas -o los chipotle– limpias e hidratadas y los dientes de ajo. Cubrimos con caldo de cocer el pollo y llevamos a ebullición. Dejamos cocer hasta que la cebolla esté tierna -aproximadamente unos 10 minutos-.
- Retiramos del fuego y pasamos toda la preparación al vaso de un procesador de alimentos -si vemos que a las verduras les hace falta caldo les añadimos un poco más-. Licuamos y reservamos hasta la hora de hacer el guiso.
- En una cazuela de barro calentamos un poco de aceite vegetal y rehogamos el ajo y la cebolla en juliana.
- Agregamos el pollo desmenuzado y mezclamos con ayuda de una cuchara de madera; si vemos que está muy seco añadimos un pequeño cazo de caldo. Rehogamos hasta que se haya evaporado cualquier líquido.
- Pasamos el licuado de verduras por un colador y lo añadimos a la cazuela junto con el vinagre. Dejamos hervir a fuego medio hasta que la salsa se haya reducido casi por completo.
- Condimentamos con sal y pimienta negra recién molida. Probamos y, si estuviera muy ácido, le añadimos un par de pizcas de azúcar. Retiramos del fuego y dejamos reposar. Como ocurre con cualquier guiso, lo mejor sería hacerlo un día antes de consumirlo. De esta manera los guisos tienen más cuerpo, suben más los aromas y los sabores son más homogéneos. Al día siguiente solo le añadimos un poco de caldo y lo calentamos antes de servirlo.
- Para hacer la guarnición cortamos los tomates en dados y los colocamos en un cuenco junto con el cilantro picado finamente, un chorrito de zumo de lima y salpimentamos al gusto. Reservamos hasta la hora de servir los tacos.
- Colocamos la lechuga cortada en juliana, el aguacate rociado con un poco de zumo de lima para que no se oxide y la crema fresca, en cuencos separados.
- Montamos los tacos y los llevamos a la mesa o servimos la tinga de pollo en una cazuela de barro. Las tortillas siempre calientes y cubiertas con un paño y los cuencos con las guarniciones para que cada uno se sirva a su gusto.